Boletín Nº 165

19-03-2012


Tipo noticia

El agente de viajes acusado de estafar a 400 clientes acepta dos años de prisión, se hacia pasar por agente de Almeida y Ecuador

Francisco L.Q., acusado de estafar entre 2005 y 2006 a más de 400 clientes de Granada, Madrid, Valencia, Almería o País Vasco, a los que ofertaba vacaciones a mitad de precio hasta que desapareció con el dinero recaudado, cerca de 400.000 euros, aceptado una condena de dos años de prisión.

LadrónUn acuerdo entre las partes personadas ha permitido que el juicio, que estaba previsto en la Sección Primera de la Audiencia de Granada, haya quedado visto para sentencia sin necesidad de que se tomara testimonio al procesado o a las personas afectadas. El acuerdo ha incluido la rebaja de la pena solicitada inicialmente, que oscilaba entre los cinco años que pedía la Fiscalía hasta los 17 de algunas acusaciones particulares, y también una disminución de las indemnizaciones en un 31%, que además habrá de asumir la aseguradora de la agencia de viajes para la que trabajó el inculpado.

Los afectados podrán comenzar a cobrar lo que se les estafó en unas dos semanas, aunque no las cantidades íntegras, en total 233.642 euros, de los que sólo quedan por depositar en el juzgado 95.500. Hasta ahora, los perjudicados no han visto un euro de las cantidades de las que fueron privados, según Almendros, que ha indicado además que finalmente el acusado no ha tenido que aportar nada de su bolsillo, puesto que los responsables civiles directos en este caso son la agencia de Viajes Ecomar, para la que trabajaba, y su aseguradora.

Francisco L.Q. puso en marcha un plan que había urdido con la finalidad de obtener “un beneficio patrimonial ilícito” y que se desarrolló desde septiembre de 2005 a julio de 2007, cuando el procesado y la agencia Viajes Ecomar suscribieron un contrato en virtud del cual éste se comprometía a captar posibles clientes como promotor en la venta de viajes y paquetes turísticos, y la empresa a facilitar la documentación y colaboración precisa, la diferencia de precio constituía el “ardid” para atraer clientes.

Los afectados comenzaron entonces a denunciar ante el juzgado la supuesta estafa, y presentaron denuncia más de 230 personas, si bien las acusaciones particulares estiman que el número de posibles víctimas se eleva a 450, puesto que muchos clientes hicieron reservas para grupos de amigos, compañeros o familiares. Por los procedimientos utilizados, el agente consiguió defraudar un total de 372.960 euros.

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